A través de los siglos dentro de todas las disciplinas espirituales contemplativas (incluyendo la del budismo) ha existido la práctica de ir a retiro en lugares apartados, naturales y callados. Esto con el fin de profundizar en la meditación, la reflexión y la contemplación. En los tiempos del Buda una cueva o incluso los claros de bosques se usaban de forma regular por él y sus discípulos con este fin. A través de los siglos la tradición budista le ha dado una gran importancia a este tipo de práctica e incluso ha llegado a construir templos como centros de retiros.
Hoy en día sigue siendo de gran valor tomar tiempo aparte de las preocupaciones normales de la vida cotidiana para darnos un espacio en el cual podamos simplificar las necesidades y, de esta forma, ponernos en contacto con nosotros mismos, con la naturaleza y con otras personas.
Los retiros fuera de la ciudad son una ideal oportunidad para meditar, reflexionar y vivir unos días en tranquilidad y silencio; incluso para el estudio más detallado del budismo. A lo largo del año existen diferentes temas de retiro con diferente duración: retiros por un fin de semana, retiros por 4 días o retiros por una semana.
Qué es un retiro
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